La figura del corrector de textos no es nueva y, de hecho, durante muchos años gozó de una muy buena salud tanto en el sector editorial como en el mundo de la prensa. Después, su importancia como perfil laboral fue decayendo, y desde hace no muchos años, poco a poco, ha ido adquiriendo algo más de peso.

En Vorágine queremos reivindicar la importancia de esta figura, ahora más que nunca: la comunicación escrita es cada vez más importante, y lo es en muchos más sectores de los que a priori pueda parecer. Obviamente, el de la edición es esencial, y es aquel con el que más rápidamente asociamos la figura del corrector de textos o del corrector de estilo.

Pero hay vida más allá del mundo de los libros y la prensa: un corrector profesional, hoy día, puede llegar a ser esencial en el departamento de marketing de muchas empresas. ¿Por qué? Bueno, seguro que te suena eso de que ‘el contenido es el rey’, ¿verdad? Google, el marketingde contenidos o el inbound marketing están haciendo que el texto tenga cada vez más relevancia a la hora de alcanzar las preciadas primeras posiciones en los buscadores.

Aun así, hay que preguntarse: ¿basta únicamente con escribir? Y la respuesta solo puede ser un rotundo no. Hay que escribir, sí, pero hay que escribir bien: la calidad está muy por encima de la cantidad, y eso significa que los buscadores están cada vez más atentos a la ortografía y a la coherencia de los textos de blogs y páginas web.

Por tanto, trabajar mano a mano con un corrector puede ser clave para las agencias de marketing, de publicidad o de comunicación que ofrezcan este tipo de servicios a sus clientes. Solo así podrán garantizar unos estándares adecuados de calidad. Una razón más por la que reivindicar la importancia de la figura del corrector profesional, ¿o no?

Pero, ¿qué estudia un corrector de textos para poder ejercer como profesional? Bueno, esta pregunta es harto compleja, y la respuesta dependerá del ámbito geográfico en el que te muevas. ¡Veámoslo!

Formarse como corrector de textos en la universidad

Encontrar una formación universitaria en España que tenga relación con el ámbito de la corrección textual es, como poco, improbable: sí se hacen, de forma puntual y esporádica, cursos relacionados con la temática, pero no existe una formación especializada sobre este sector en lengua castellana.

Parece que la lengua catalana siente algo más de apego por la corrección y esto ha cristalizado en diferentes másteres y posgrados relacionados con el sector: la Universidad Autónoma de Barcelona ofrece ya la sexta edición de su máster en corrección y asesoramiento lingüístico al que tienen acceso los titulados en Filología catalana, Humanidades, Periodismo, Comunicación Audiovisual o Traducción al catalán. Al mismo tiempo, ofrece también un postgrado de asesoramiento lingüístico en medios audiovisuales, orientado a los mismos perfiles universitarios que el máster.

En cambio, en Latinoamérica sí existe formación reglada relacionada directamente con el oficio del corrector de textos: en Argentina, por ejemplo, existe una tecnicatura de tres años en corrección de textos. En la Universidad del Salvador ofrecen un plan formativo de dos años de duración que capacita al estudiante como corrector literario; y en la Universidd de la República, en Uruguay, existe un programa de corrección de estilo que dura también dos años. Y esto, por citar solo algunos ejemplos.

Ser corrector de textos… en España

Entonces, si no existe una formación académica específica para la corrección de textos en lengua castellana, ¿qué hace un corrector para ser corrector?

En primer lugar, existen muchos cursos relacionados con el ámbito de la corrección: Cálamo&Cran, por ejemplo, ofrece cursos de corrección de estilo, de corrección profesional o talleres de gramática. Asimismo, tienen una amplia variedad de cursos de temáticas afines: corrección y traducción en PDF, corrección de páginas web, comunicación escrita… Trágora formación, por su parte, ofrece un curso de corrección ortotipográfica; al tratarse de un espacio enfocado a la formación para traductores, encontrarás algunos cursos más relacionados con la ortografía y la gramática en castellano.

Si buscas por la red encontrarás muchos más cursos, ¡seguro! Pero esto no te convertirá en un corrector profesional. ¡No señor! Y esto, los correctores lo saben bien: lo que convierte al corrector en corrector es la práctica, ni más ni menos. Es importante que seas una persona rigurosa, meticulosa y, sobre todo, que siempre tengas a mano recursos de muy buena calidad para resolver dudas: diccionarios, compendios, manuales… Todo vale para hallar ese error, para reubicar esa coma, para corregir ese calco huidizo.

Por supuesto, una formación orientada a la filología te ayudará mucho en este sentido, pero también lo hará haberte licenciado en Periodismo, o en Traducción, o incluso en Humanidades. Pero si lo tuyo iba más encaminado a las ciencias o a la historia, tampoco te preocupes: como te decíamos antes, un buen corrector no se hace en la facultad, sino en las trincheras del panorama laboral.

Tener conocimientos sólidos sobre cualquier temática te ayudará a convertirte en corrector de textos especializado. Así podrás trabajar, por ejemplo, revisando libros específicos sobre biología, o manuales técnicos, o tantas cosas más que muchos escriben y pocos se encargan de revisar.

¡Ánimo!

Fuente: http://www.delavoragine.com/mama-quiero-ser-corrector-de-textos (Laura Palau),
www.profesional.mercadolibre.cl y www.alexlib.com